Todos llevamos un emprendedor o emprendedora dentro, pero muchas veces lo acabamos olvidando porque la sociedad y la vida te lleva por otros derroteros. Además, se asocia este término a alguien millonario o con mucho dinero para invertir, pero esta afirmación es una falacia. Cualquiera puede ser un emprendedor o emprendedora, sólo basta tener una idea brillante y ganas de ponerla en marcha. La inversión inicial no tiene porqué ser muy grande y siempre hay métodos para buscar financiación, sólo hay que buscarlos. El verdadero problema es el miedo a lo desconocido y a arriesgarse, sentimiento que se ha de perder, ya que crear una start-up puede llegar a convertirse en una aventura empresarial y personal apasionante.
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario