miércoles, 13 de junio de 2018

¿En qué lugar queda el periodismo?


Son tantas y variadas las voces que se alzan para pontificar sobre el periodismo, su utilidad y su función social, que cuesta decir algo que no suene repetitivo. El cambio tecnológico, el acceso y la sobredosis de información, la mezcla de ésta con la opinión sitúan a la profesión periodística en una auténtica encrucijada. El público ha cambiado. Ya no existe ese receptor que tan solo se limitaba a recibir información, cuyas opiniones quedaban caducas en una sala de estar, en la cocina o en el bar de la esquina. 

Quizá podríamos hablar de alguna carta al director muy de vez en cuando, pero nada que ver con el despliegue de opiniones y criterios de los que somos testigos hoy en día. Las personas quieren ser escuchadas y formar parte de los puntos de vista de informadores, expertos y protagonistas; quieren hablar directamente con el protagonista del hecho y que éste conteste; quieren influir en la consciencia de quienes reciben también la información; quieren que el periodista les comunique lo que ellos quieren saber y entender; en definitiva, quieren ser partícipes de nuestra actualidad.

¿Opinión/Información?
Youtube sube 20 horas de video cada minuto, se publican tropocientos millones de tweets diarios y millones de imágenes en Instagram. Los personajes e incluso las instituciones públicas utilizan las redes para comunicar algo realmente importante, dando a entender que no siempre necesitan ‘intermediarios’ para comunicar aquello que les interesa. Y, entre tanto, qué papel dejamos jugar a los periodistas. ¿Simples espectadores cualificados? ¿opinadores de todo?. Tiempo atrás, la profesión periodística era concebida como una garantía para una sociedad más democrática. ¿Queda algo de todo eso?

Carlos Bascones 

No hay comentarios:

Publicar un comentario