Se ha desatado una fiebre enfermiza por estar en todas las redes sociales
existentes. Visitando páginas webs corporativas he descubierto que algunas
tienen presencia hasta en ocho redes o más a la vez. La mitad de las cuales
suelen estar inactivas, sin haber sido estrenadas nunca. Sólo se han creado
para decir “yo estoy allí”. Entonces ¿qué utilidad tienen?
Es cierto, que las empresas y las redes sociales cada vez van más unidas de
la mano. Según un estudio de Media Metrix, en 2011 un 71% de las empresas
españolas tenían presencia en Facebook y un 59% en Twitter. Es lógico que si el
público potencial y la competencia están en la red, uno quiera estar allí.
Pero para estar mal
mejor no estar. Tener perfiles sociales inactivos, como si de cadáveres
digitales se trataran, sólo sirve para dar mala imagen a la compañía. Es
necesario plantearse una estrategia 2.0 desde el principio para analizar las
verdaderas necesidades y objetivos del negocio en internet. Hay que plantearse
cuestiones previas: como la estrategia, el objetivo, las redes que nos serán
útiles, entre otros parámetros.
Laia Cardona
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