Una campaña electoral es, por encima de todo, un acto de comunicación. Pues
bien, desde el punto de vista de la comunicación estratégica, Artur Mas y su
equipo cometieron graves errores de apreciación, de planteamiento y de táctica
en estas últimas elecciones. La consecuencia ha sido que la coalición ha
obtenido lo peores resultados de las últimas décadas. He aquí un análisis
rápido de los principales fallos del equipo de CiU.
1er Error: Optimismo sin base
Tras el 11-S algunas encuestas atribuían a CiU la
posibilidad de alcanzar la mayoría absoluta gracias a su giro independentista.
Se hace extraño pensar que, antes de tomar la decisión de convocar elecciones,
nadie en el equipo de CiU alertara de que en el mes de julio las perspectivas
electorales de CiU ya eran bastante
bajas; una encuesta del diario Ara le atribuía 55 escaños. ¿Quién fue el optimista que pensó que con
proponer un referéndum se ganarían los trece diputados que faltaban para la
mayoría absoluta? Sin duda han faltado voces críticas en el equipo de estrategas
de Artur Mas.
2º Error: Sobrestimación de
las propias fuerzas
La realidad es muy tozuda y no fueron 1,5 millones
de personas las que acudieron a la manifestación del 11-S. La Vanguardia
publicó un excelente informe en el que consideraba un máximo de 600.000
asistentes.
El trabajo lo firmó nada
menos que el responsable del servicio de Estadística
Aplicada de la Universitat Autonoma de Barcelona. Sin embargo la cifra de 1,5
millones partió del departamento que dirige Felip Puig y se repitió hasta el
hartazgo. ¿Acabó CiU creyéndose sus propias exageraciones?
3 er Error: Ignorar la historia
Hay un consenso general en que el soberanismo ha
sido el parapeto tras el cual CiU ha ocultado el debate sobre su política
económica.. Pretender que se obviaría el tema ha sido un error típico de
menosprecio hacia la inteligencia de la opinión pública. Parece increíble que
no se haya aprendido, por ejemplo, de cómo reaccionó la ciudadanía ante el 11-M
del 2002. Aquel caso fue burdo hasta la exageración, pero ahora también hay una
parte del electorado que se ha sentido manipulada y lo ha expresado claramente.
4º Error: Desinformación y Complacencia
Diversas encuestas publicadas durante la campaña
auguraban un ascenso de CiU. Ante esta información evidentemente errónea
los asesores de Mas le aconsejaron un perfil bajo, como se vio claramente en el
debate en TV3. Allí, Mas se limitó a
repetir su mensaje soberanista e ignoró las críticas que le reprochaban su
política socio-económica. Nuevo error: debería haber defendido su política
económica con la misma intensidad con que sostuvo su independentismo. Y si no
estaba en condiciones de hacerlo, no debería haber convocado elecciones.
Mientras tanto, ERC nos ha descubierto a un sorprendente candidato:
inteligente, pausado y capaz de argumentar. Sin duda los electores han premiado
su talante, frente a la agresividad en las formas que destilaba su antecesor Puigcercós.
5º Error: Contradicción en el mensaje
No se puede presentar la imagen de un líder
divinizado y a la vez negar alguna pretensión de mesianismo. Los contrincantes
y los medios de comunicación adversos encontraron en la imagen de la campaña
artillería con la que disparar; lo sorprendente es que fuera el propio adversario
el que proporcionara la munición.
6º Error: Desoír las señales
Descontento social, incremento previsto de la participación
electoral, tendencia bajista de los últimos sondeos…fueron algunas señales que
auguraban la debacle; pero nadie las tomó en cuenta. No hubo reacción en el
mensaje ni se tomaron decisiones arriesgadas, como por ejemplo debatir con ERC,
que era quien le disputaba el electorado independentista. ¿Por qué no se
aprovechó la buena capacidad televisiva de Artur Mas para pelear por el voto
soberanista y se prefirió el debate en 8TV contra PSC y PP?
7º Error: Despreciar a la prensa
El último error lo cometió Mas tras acabar la
contienda. En la noche electoral fue el único candidato que no aceptó una
entrevista para la TV pública catalana. Más grave fue el menosprecio con que
Oriol Pujol contestó a la presentadora de TV3: “No ha comparecido porque está
reflexionando”. Sin embargo, Artur Mas sí encontró esa misma noche un espacio
en su meditación para atender a la BBC.
Aprendiendo de los errores
El estadístico Nate Silver se ha hecho famoso por predecir con sorprendente
precisión resultados diversos, desde el comportamiento de los jugadores en el
béisbol norteamericano, hasta el desenlace electoral en USA. Vista la pifia de
los sondeos de estas elecciones (incluyendo la encuesta a pie de urna que
facilitó TV3), nuestros políticos y sus asesores deberían curiosear en los
métodos de Nate Silver. En la actualidad, Silver es contribuyente estrella en
The New York Times; merece la pena echar un vistazo a su último trabajo en las
presidenciales de Estados Unidos.
Luis Delgado
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