martes, 9 de septiembre de 2014

Periodismo y comunicación: dos realidades distintas




Es un debate que  ya empieza a ser eterno. Las nuevas tecnologías han transformado las posibilidades de la comunicación de una forma absolutamente espectacular. Todos tenemos  derecho a decir y opinar lo que nos parezca oportuno. Ciudadanos -anónimos o no- tienen incluso más seguidores que algunos medios de comunicación pero no se rigen por las mismas normas, aquellas que hasta hoy en día les exigíamos a los periodistas: no divulgar falsedades ni realidades que no nos constan, ejercer con rigor, no confundir información con opinión, etc..  y por consiguiente la pregunta que hoy me hago es qué valor le damos al periodismo, al ejercicio del mediador necesario entre los hechos que acontecen y los lectores...

Lo que pasa en nuestro entorno, en la sociedad afecta de forma directa al ejercicio del periodismo y viceversa. Y la salud del periodismo es también sinónimo de salud democrática. El negocio de la comunicación ha entrado en conflicto con los principios periodísticos que, obviamente no tienen como único objetivo el beneficio económico. La multiplicidad de canales, la división en las audiencias, el acceso a la Red y un sinfín de fenómenos asociados al desarrollo tecnológico han dejado en entredicho el papel que juega la profesión periodística, su importancia en una sociedad plural y democrática. Y entonces, qué podemos decir de los que nos dedicamos a la comunicación empresarial, los que defendemos que a pesar de las dificultades,  las presiones y las necesidades, seguimos creyendo que es viable defender la reputación de nuestros clientes con profesionalidad. ¿Hemos entrado en la etapa del 'vale todo'?. Cuando lees que agencias te aseguran la publicación de tus noticias, los minutos en televisión o que a tanto la nota de prensa, uno no puede dejar de pensar que algo estamos haciendo mal. Acto seguido se descubre otro caso de corrupción, y vuelta a empezar.

Carlos Bascones  

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